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sábado 5 junio 2021

Nadar en pareja, que aunque nada tiene que ver con el nado sincronizado, también requiere de creatividad y entusiasmo, fuerza y flexibilidad,  condición aeróbica, trabajo en equipo, seguir el ritmo de la pasión y por supuesto mucha capacidad de expresión. Dependiendo de la condición física de la pareja, puede incluir saltos, movimientos bruscos, cambios de velocidad y rutinas con patrones complejos.

Cuenta la historia que una pareja que asumió su tarea con entregarse al nado en pareja, como forma de enriquecer su relación, crear recuerdos indisolubles en el tiempo y derrotar la rutina del hogar, cierta ocasión, asumieron que con estar entusiasmados, era una condición más que suficiente para llevar a cabo esta práctica y pasaron por alto que también fuera del agua, se necesitan desarrollar ciertas condiciones básicas para evitarse un mal susto, una agitación violenta del corazón o incluso dolores musculares imprevistos.

Pues bien, resultó que la idea los envolvió y de pronto se encontraron solos en una habitación romántica con todo lo necesario. Durante su velada, entraron impetuosamente a la piscina y poco a poco se dejaron llevar por la fantasía y alguna que otra ocurrencia, siempre respetando las distancias y técnica correcta, paso a paso, lentamente corrigiendo los errores, con lenguaje sencillo pero una explicación precisa de lo que cada uno quería, mucha fluidez, armonía, y adecuadas características cinemáticas incluyendo ángulos, velocidades y trayectorias.

Todo iba perfecto hasta que, uno de los protagonistas quedó trabado. Si, trabado. No se podía mover a tal grado que no podía salir de la piscina. Lo que parecía ser una velada profundamente exitosa, se interrumpió por una falla muscular. Cualquiera puede pensar que con un poco de masaje hubiera bastado para recuperarse pero no, los masajes empeoraron la situación. Al moverse, se generaba un calambre y al moverse para otro lado aparecía otro. Por tantos dolores que estaban de la patada, llegaron a la conclusión que tenían que pedir ayuda. Al darse cuenta que pedir ayuda en esas condiciones, o sea como dios lo trajo al mundo, y contarle al mundo que un tema muscular interrumpió una apasionante velada también les jugaba en contra, no tuvieron mas remedio que aguantarse la vergüenza. En verdad, triste su calaca, fue horrible, o, como dice la canción, así fue. 

Unas semanas después de haber superado la pena que los embargó en ese momento,  decidieron volver a intentarlo, pero como el miedo no monta en burro, esta vez decidieron prepararse para su velada "fuera de la piscina", es decir, hacer lo correcto, primero aprender a caminar y luego a correr. Está de más decir que ahora son unos expertos en el nado en pareja, pero claro, algunos tenemos que aprender a golpes que la práctica, muchas veces menospreciada, lo es todo.

Si tu deseas incursionar en el nado en pareja, recuerda esta historia, y trata de implementar primero ciertas prácticas "fuera del agua". Espero entiendas que no podemos ser tan explícitos con esta lineas pero debes iniciar con las posiciones básicas, caderas en la superficie, supino, supino con variante, pronal y pronal con variante. Conforme vayas progresando en tus citas regulares, que recomendamos sean al menos una vez a la semana, puedes ir implementando por ejemplo, caderas debajo de la superficie, y cita tras cita puedes incrementar el nivel de complejidad. Arco, arco con variante, submarino, doble submarino, vertical, vertical con variante (derecha e izquierda), grulla (derecha e izquierda), split (derecha, izquierda y de frente), bolita, escuadra y si tu pareja es creativa, pueden hacerlo con un brazo arriba, con dos arriba o sin brazos arriba.

Esperamos estas líneas te motiven a romper la rutina, mejorar tu condición física, incrementar tus niveles de creatividad y por supuesto, a motivarte para que junto con tu pareja sean felices en todo momento. te esperamos en Motel Malazia tu espacio de ensueño. Gracias por leernos.